Es un estándar internacional que establece los requisitos para implementar un Sistema de Gestión Antisoborno.
Es un estándar internacional que establece los requisitos para implementar un Sistema de Gestión Antisoborno. Publicada por la Organización Internacional de Normalización (ISO) en 2016, la norma está diseñada para ayudar a las organizaciones a prevenir, detectar y responder al soborno, tanto en sus propias operaciones como en sus relaciones con socios comerciales, contratistas y proveedores.
Proporciona un marco claro para que las empresas de cualquier tamaño y sector desarrollen políticas y controles efectivos contra el soborno. Esto incluye desde la implementación de medidas de diligencia debida, auditorías y monitoreo, hasta la capacitación del personal y la promoción de una cultura ética dentro de la organización. Además, el estándar cubre tanto los sobornos ofrecidos o recibidos directamente como los que se hacen a través de terceros.
Al adoptarla, las organizaciones pueden fortalecer su reputación, reducir riesgos legales y financieros, y cumplir con las leyes y regulaciones internacionales contra la corrupción. La norma también fomenta la mejora continua, asegurando que los sistemas de gestión antisoborno se actualicen y refuercen a medida que evolucionan los riesgos.A continuación se detallan los componentes clave del estándar:
La organización debe desarrollar y mantener una política antisoborno clara, que defina su postura contra el soborno, incluyendo medidas disciplinarias para quienes violen la política.
La alta dirección debe demostrar liderazgo y compromiso con la implementación y mantenimiento del sistema de gestión antisoborno, asegurando la asignación de recursos y fomentando una cultura ética.
La norma exige la identificación y evaluación de los riesgos de soborno en la organización, considerando factores internos y externos, con el objetivo de implementar controles adecuados.
Se requiere que la organización realice evaluaciones de diligencia debida a terceros, incluidos socios comerciales, proveedores y contratistas, para identificar riesgos de soborno y tomar medidas preventivas.
Establece la necesidad de implementar controles financieros (como la revisión de pagos) y no financieros (como la supervisión de regalos, hospitalidades y donaciones) para prevenir el soborno.
El personal clave debe recibir capacitación adecuada sobre las políticas y procedimientos antisoborno, asegurando que comprendan sus responsabilidades y los riesgos asociados.
Deben existir mecanismos seguros y confidenciales para que los empleados y terceros denuncien sospechas de soborno sin temor a represalias.
Se requiere un monitoreo continuo del sistema de gestión antisoborno, incluyendo auditorías internas y, cuando sea necesario, externas, para asegurar la efectividad de los controles implementados.
La norma establece procedimientos para investigar sospechas de soborno y, en caso de confirmarse, tomar medidas correctivas y disciplinarias apropiadas.
El sistema de gestión antisoborno debe ser revisado y mejorado de manera continua, a través de la evaluación de la efectividad de los controles, auditorías y retroalimentación de las partes interesadas.
Estos elementos permiten a las organizaciones tener un enfoque integral para la prevención y gestión de riesgos relacionados con el soborno, garantizando un cumplimiento efectivo y alineado con las mejores prácticas internacionales.
O si lo prefieres, inicia un chat.